miércoles, 10 de agosto de 2011

EL TERCER ANTICRISTO

El Tercer Anticristo

“Uno que los dioses infernales de Aníbal
harán renacer, terror de los Humanos:
jamás se relatará horror más grande,
que llegará a venir por Babel a los Romanos”. (C II, Q 30)

“En el año 1999, en el Séptimo mes,
del Cielo vendrá un gran Rey del terror,
cuando haya renacido el gran Rey de Angolmois.
Antes y después, Marte reina por buena hora” .(CX, Q72)

-Se refiere a meses Lunares. El Eclipse se dará durante la Séptima Lunación del Calendario Hebreo. Y no podemos obviar la supresión de 10 días del Calendario Juliano al crearse el Gregoriano, con los cuales coincidiría en Agosto.
Probablemente se refería al Eclipse Solar total del 11 de Agosto de 1.999 y la señal debe ser La Cruz Cósmica con los Signos fijos en Leo. Será una señal “nefasta” de alarma, como los antiguos interpretaron al curso dramático de los acontecimientos.
Cabe aclarar que si bien hay 12 Signos, debería haber 12 Planetas. Sin necesidad de ellos, la Cruz se formará. Pero ahora sabemos que el Cinturón de Asteroides era un Planeta y que hay 2 más: Quirón y Juno, con los cuales, se formará una Cruz aún mucho más perfecta.
Quizás sea el nacimiento del Anticristo, (El Rey de Terror) ya que 2.000 años antes se produjo en el Signo de Piscis, el más Espiritual, el Nacimiento de Jesús.
Además de la Alineación de 1.982, que provocará Sismos en los años siguientes a lo largo de la falla de San Andrés en California y otros sitios como México o Japón que aguardan cataclismos derivados, habrá otras “Señales en el Cielo”, las mismas que anunciaron Jesús y los Mayas.  P. Solomon asegura que en 1.982 nace el Anticristo.
Respecto a las terribles enfermedades que siempre mencionaba iban a surgir en el Tiempo de la Debacle Final, me viene a la memoria una Profecía de los Hádices, escritos Islámicos del Profeta Mohamed:
“Cuando en una Sociedad la conducta sexual ilícita llegue a ser tan cotidiana que no se sienta vergüenza que pueda ocultarla, y se practique abiertamente, entonces ésta sufrirá una Epidemia y unas enfermedades tan dolorosas, como nunca habían sufrido sus antepasados”.
Y no debemos olvidar que en el 2.000, se produce la mayor Alineación del Siglo después de la del ‘99 y la más notable de los últimos 20 Siglos en Mayo, donde 7 Planetas, “el Número de Dios”, están involucrados ejerciendo entre sí y enviando hacia la Tierra, tremendas Energías que estarán fluctuando por largo tiempo.
El Fenómeno influirá de forma que la Naturaleza, las fuerzas Electromagnéticas, las Manchas Solares-que envían a la Tierra Hidrógeno y Helio ionizados- se verán seriamente afectadas ocasionando con el correr de los meses y durante años, cambios en las corrientes marinas, Tormentas, Terremotos de gran intensidad, activación de Volcanes, alteraciones en el Eje de Rotación, que ya se ha desviado y además, alteraciones en los Sistemas de electricidad, comunicaciones y de Informatización, de los cuales depende el entero equilibrio mundial.
En 2002, una gran Alineación de 8 Planetas en Abril y Mayo, aumentará esos efectos.
Respecto al Rey de Angolmois, tal vez hace referencia a una Villa en Francia llamada Angulema, en la cima de las colinas de Angoumois o Villa Romana que fue Capital de Angoumois, donde se libraron las "Guerras de Religión" entre Católicos y Protestantes en el Siglo XVI. La Reina de Navarra, Margarita de Valois o de Angulema, hermana de Francisco I, había nacido allí.
La abertura en el Campo Magnético terrestre.
Pero la Generación de la Época de fin del Milenio estará tan acostumbrada a oír sobre Terremotos, inundaciones, Volcanes en erupción, Huracanes, desaparición de la selva fluvial y los bosques, calentamiento de la atmósfera, que casi les pasarán inadvertidos y no verán las Señales. Está escrito que así suceda.
Observarán dichos fenómenos, verán actos horribles de depredación de los animales y de la Naturaleza, sabrán del envenenamiento del agua, del aire y de la tierra, del aumento de las explosiones solares, de las grandes sequías que provocarán el hambre de millones e inundaciones vastísimas. Sabrán que las masas de hielo polares se estarán derritiendo, que la Tierra girará cada vez más lentamente en su Eje desviado y que el Polo Magnético se desplazará con peligrosa rapidez, mas no les importará, pues serán cada vez más necios, indiferentes, ignorantes, ateos e incrédulos.
Porque hasta que no los golpee un ataque súbito de guerra, hasta que no pierdan sus casas y sus hijos por una inesperada catástrofe natural, no van a reaccionar y por desgracia no hallarán el Arca de Noé a tiempo. Pero más valdrá que estén bien atentos; las cosas ya no serán iguales.
Cada vez hay más Volcanes activos sobre la corteza y debajo del Mar, desaparecen Islas y surgen otras y las inundaciones, las sequías y los Sismos crecen en frecuencia e intensidad.  No habrá un punto de retorno.
El Monte Helen de Estados Unidos erupcionó repentinamente en 1980, erogando una energía equivalente a 25 Bombas Atómicas de 1 Megatón y la nube tóxica llegó a más de 600 Km de distancia. Se aguarda que vuelva a activarse sin previo aviso.
La Isla de Krakatoa voló en pedazos y se hundió en el mar por un Volcán "inactivo".
Se está esperando “La Gran Erupción del Anillo de Fuego” del Pacífico, donde se hallan los Volcanes más peligrosos del Globo, cuya erupción puede ocasionar una nube tóxica, capaz de cubrir una inmensa extensión de forma tal, que además de hundir gran cantidad de Islas, haría descender la temperatura de la Atmósfera a niveles de muchos grados bajo 0 por mucho tiempo, ocasionando muerte y desastres aún mayores.
Los antiguos Astrólogos y los Astrónomos, no estaban equivocados. Y ellos anunciaron esos Fenómenos, que cambiarán el curso de las cosas para siempre.
Por eso los Mayas, advirtieron que desde el Eclipse de 1.999 hasta el 2.012, ocurrirían transformaciones Geológicas, Astronómicas, Astrológicas y Psíquicas, que determinarán el futuro del Hombre -concluyó Jhael.
La gente ve esos procesos cíclicos inevitables de depuración, como sucesos lejanos.
-Quien no ve todo lo que está ocurriendo, está ciego o lo que es peor, es un necio - agregó Hansel, mientras tomaba otro de sus viejos y polvorientos Tomos.
-Pero permitidme continuar:

“Sobre las costas de Occidente
se verán fuegos procedentes del Cielo,
y también en el Sud, incluso en Levante.
La mitad morirán antes de hallar un refugio,
y recibirá por nombre
Tercera Era de Marte el Guerrero.
Surgirán las antorchas
con las que se enciende la conflagración.
Es la Era del Fuego y su final es el hambre”. (Sexteto Número XXVII)

-La Tercera Guerra, la del fuego de las Bombas Nucleares. Es muy triste. Somos la única Especie que se autodestruye y destruye su propio Hábitat-sentenció Sixtus.
-Pero todo tiene que cumplirse, para que como con todo Ciclo de la Naturaleza, se produzca una renovación y los Hombres renazcan como debe ser, para recomenzar la Edad de la Luz.
El  Profeta de Saint-Rémy también vio ese cambio y el Retorno de Jesús-aclaró Jhael.
-Es verdad-dijo Hansel, tomando el Libro anterior.

“Una nueva Paz, lugares edificados sin defensa,
regiones inhabitables pobladas nuevamente,
ocupadas a voluntad las tierras,
casas, campos y aldeas abandonadas.
Tras un largo período de hambre,
enfermedades y guerras,
la tierra volverá a cultivarse”  (CII, Q19)

“El Príncipe de la gran Comprensión y Compasión
traerá la Paz al Mundo y a su Pueblo.
Revelará la verdadera naturaleza
de la muerte y de la Vida,
cuando los Reinos sean reconstruídos
con seguridad de futuro”. (CVII, Q17)

Jhael, hondamente sensibilizado, abrazó a sus dos amigos y les dijo:
-La dureza de criterio, hace que la gente piense que si un Terremoto sólo mata a algunos miles y en los otros desastres naturales mueren algunas decenas de miles, no es suficiente para creer en una Catástrofe de escala Universal. Pero si comienza a recapacitar que antes ocurrían sólo un Terremoto o cataclismo de envergadura cada 10 o 20 años, ahora ocurren cientos de ellos, más intensos y frecuentes, en un mismo año. Sumando el resto de los acontecimientos (enfermedades, contaminación, economía, escasés, armamentismo, etc) sería necio negar una interminable sucesión de los mismos, adjudicándolos a la casualidad.
Tal vez no llegue a ver ese día, tal vez no llegue a ser lo suficientemente humilde y sencillo, para merecer ocupar el lugar de los justos, los de Corazón puro, que hoy son las víctimas de nuestro egoísmo desmedido, pero no perderé la pequeña Fe que tengo, ni venderé mi Alma más de lo que ya la he vendido. Trataré de ser cada día un poco mejor.
Si aquí, los caminos de tres que buscan la Verdad se han unido, tiene que haber otros tres que estén buscando lo mismo y otros más que lentamente, cada día, se sumarán para que el día de hoy sea un poco mejor que el de ayer, hasta que en el Mañana, caminando todos juntos comencemos a construir piedra por piedra, el Nuevo Hogar de todos, en el Nuevo Amanecer.

martes, 9 de agosto de 2011

LAS CALENDAS DEL ANNO DOMINI

Las Calendas del Anno Domini

Jhael instruía a unos estudiantes de las Escrituras:
La Biblia toma como Año de la Creación el 3.761 Antes de Cristo-aprendía. El joven investigador sabía muy bien que debíamos tomar las supuestas fechas de las Profecías con suma atención, debido a que el Calendario Gregoriano, encargado por el Papa Gregorio XIII en 1.582 y confeccionado  en origen por el Monje Furius Dionisius Philocalus en el año 354 D.C, era erróneo al momento de implantar el Anno Domini, el Año de Dios, nuestro Año I.
Gregorio XIII hizo quitar 10 dias al Calendario Juliano Romano (45 A.C.), para ajustar el Equinoccio de Primavera desfasado y luego determinó cuáles serían los años Bisiestos y cuáles no, arbitrariamente.
Según el Calendario Romano original y los escritos correspondientes a la Fundación de Roma en el 753 A.C, se aseguraba que el Rey Herodes el Grande, había muerto en Marzo-Abril del año 4 antes de Cristo, 6 años antes de la masacre de niños. Imposible.
Muchos estudiosos eligen ese como el Año I (4AC). Pero cuando Herodes ordenó matar a los primogénitos, que debían tener de dos a dos años y medio de edad, coincidía con el Censo que el Emperador Cesare Augustus había determinado, para poder cobrar impuestos a los territorios de Judea. Por ello, José y María y los hijos de José con su primera mujer fallecida, debieron trasladarse a Bethlehem, ya que José era de allí y se censaba en la Ciudad del padre de Familia. Ese Censo, ocurrió en el año 6 AC.
La muerte de Herodes y el Censo, son datos históricos corroborados por Flavius Josefus (38-100 DC aprox.), el historiador Hebreo y otros historiadores Romanos. Por ende, sin contradecir Su Mensaje Divino, contando los 9 meses de embarazo, Nuestro Señor vino al Mundo entre el año 6 y 7 AC.

LOS SIETE SELLOS Y EL SURGIMIENTO DE ÁNOMOS


Los Sellos de la Hora Última

...En aquella época, era tal el ansia por develar los Secretos, que Jhael se recluía de todo.
La débil flama de la vela, dibujaba extrañas formas en los muros. Se dispuso retomar la lectura de las Profecías de Jesús en el Apocalypsis, buscando aún más Presagios:

“Miré cuando abrió el Sexto Sello, y he aquí hubo un gran Terremoto; y el Sol se puso negro como tela de cilicio y la Luna se volvió toda como sangre; y las Estrellas del Cielo cayeron sobre la Tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento, y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla, y todo monte y toda Isla se removió de su lugar.
Y los Reyes de la Tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, todo siervo y todo libre se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de Aquel que está sentado sobre el Trono, y de la ira del Cordero; porque el Gran Día de su ira ha llegado; y ¿Quién podrá sostenerse en pie?”.  Apocalipsys 6: 12-17

Notó la similitud con las Palabras del mismo Señor Jesús en los Evangelios. La lectura era densa, trabada, pero él descubría a cada instante nuevas coincidencias y su fervor lo hacía proseguir:

“Habrá 144.000 Elegidos, 12 mil de cada una de las Doce Tribus de Israel, hoy dispersas por el Orbe: Juda, Ruben, Gad, Aser, Neftalí, Simeón, Manasés, Levi,  Isacar, Zabulón, Jhosef, Benjamin.
Serán arrebatados al Cielo en los últimos días”-leía:

“Cuando abrió el Séptimo Sello, se hizo silencio en el Cielo como por media hora. Y vi a los Siete Ángeles que estaban de pie ante Dios; y se les dieron Siete Trompetas. Otro Ángel vino entonces y se paró ante el Altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los Santos, sobre el Altar de oro que estaba delante del Trono. Y de la mano del Ángel subió a la Presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los Santos. Y el Ángel tomó el incensario, y lo llenó del Fuego del Altar, y lo arrojó a la Tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto. Y los Siete Ángeles que tenían las Siete Trompetas se dispusieron a tocarlas”.  Apocalipsys 8: 1-6

“Cuando el Primer Ángel tocó la Trompeta,  hubo granizo y fuego mezclados con sangre, que fueron lanzados sobre la Tierra; y la tercera parte de los árboles se quemó, y se quemó toda la hierba verde.
Cuando el Segundo Ángel tocó la Trompeta, se precipitó sobre el mar una masa incandescente, grande como una montaña: la tercera parte del mar se convirtió en sangre; murió la tercera parte de los seres vivientes que habitan en sus aguas, y fue destruida la tercera parte de las naves.
Cuando el Tercer Ángel tocó la Trompeta, un Astro enorme que ardía como una antorcha cayó del Cielo sobre la tercera parte de los ríos y de los manantiales. El Astro se llamaba “Ajenjo”. La tercera parte de las aguas se convirtió en Ajenjo, y murieron muchos hombres que bebieron de esas aguas, porque se habían vuelto amargas.
Cuando el Cuarto Ángel tocó la Trompeta, se obscureció la tercera parte del Sol, de la Luna y de las Estrellas. El día perdió la tercera parte de su luz, y lo mismo sucedió con la noche.”   Apocalipsys 8: 7-12

La Marca de Ánomos

Tremendamente turbado por los vaticinios que anunciaban semejantes flagelos, sentía en lo más profundo de su Ser una inmensa pena porque percibía desde pequeño, en sus recurrentes sueños y visiones, que todo aquello era inminente. Lo perseguían las imágenes repetidas de grandes cataclismos, guerras y demás desventuras con un realismo tétrico, que tomaba forma y confirmación, en las Escrituras.
Prosiguió la lectura, con los pasajes referentes al Anticristo, el depredador de la Raza Humana, el enemigo mortal del Hombre que habiendo obtenido el apoyo y admiración de la mayor parte de la Humanidad, habría de llevarla a la destrucción. “La Bestia”- tal como la denominaba Juan.
En cuanto a la Parusía, la Segunda Venida de Jesús en el Día del Fin, debía ser antecedida por el Impío (en griego Ánomos, transgresor de la Ley), el Anticristo:

“Que nadie los engañe de ninguna manera. Porque antes tiene que venir la apostasía y manifestarse el hombre impío, el Ser condenado a la perdición, el Adversario; el que se alza con soberbia contra todo lo que lleva el Nombre de Dios, o es objeto de Culto, hasta llegar a instalarse en el Templo de Dios, presentándose como si fuera Dios. ¿No recuerdan que cuando estuve con ustedes les decía estas cosas? Ya saben lo que ahora lo retiene para que no se manifieste sino a su debido tiempo. El ministerio de la iniquidad ya está actuando. Sólo falta que desaparezca el que lo retiene, y entonces se manifestará el impío a quien el Señor Jesús destruirá con el aliento de su boca y aniquilará con el resplandor de su Venida”.  Pablo 2ª Tesalonicenses 2: 3-8

El relato del Apóstol Pablo proseguía especificando la aparición del hijo del mal:

“La venida del impío será provocada por la acción de Satanás y estará acompañada de toda clase de demostraciones de poder, de signos y falsos milagros, y de toda clase de engaños perversos, destinados a los que se pierden por no haber amado la Verdad que los podía salvar. Por eso,  Dios les envía un poder engañoso que les hace creer en la mentira, a fin de que sean condenados todos los que se negaron a creer en la Verdad y se complacieron en el mal.”  Pablo 2ª-Tesalonicenses 2:9-12
Dios revela al Profeta Daniel, sobre un Reino destructivo y el período de dominio del Anticristo.
...”Habrá  sobre la Tierra un cuarto Reino, diferente de todos los Reinos; él devorará toda la Tierra, la pisoteará y la destrozará”. Daniel 7:23

“Al fin de su reinado, cuando los pecadores hayan colmado la medida, surgirá un Rey atrevido y astuto. Su poderío se acrecentará, pero no por su propia fuerza; causará destrucciones inauditas y tendrá éxito en lo que emprenda; destruirá a los poderosos, al Pueblo de los Santos. Gracias a su astucia, el engaño triunfará por medio de él, su
corazón se ensoberbecerá y destruirá
tranquilamente a muchos. Se alzará contra el Jefe de los jefes, pero luego será destrozado sin que intervenga ninguna mano”. Daniel 8: 23-25.

“A partir del momento en que será abolido el Sacrificio Perpetuo y será instalada la Abominación de la desolación, pasarán 1290 días. ¡Bendito el que sepa esperar y llegue a 1335 días!” Daniel 12: 11-12

La Abominación es el Anticristo y al cabo de 1335 días vendría la Salvación en la Batalla Final.
Los Manuscritos hallados en Qumram en 1947, de los Esenios, verdaderos ascetas contemporáneos a Cristo, no sólo corroboran la historicidad de los relatos Bíblicos, exhibiendo pensamientos Cristianos, sino que mencionan la Guerra Final entre “Los Hijos de la Luz y los hijos de las tinieblas” y el líder maligno.

Ahora, luego de casi 2000 años, la Profecía podía cumplirse. Pues sólo ahora para el Sistema, éramos un número (Documento, tarjeta, cuenta bancaria, dirección, etc)-meditaba- o simplemente, por las letras de un nombre...
Teólogos, visionarios, estudiosos de las Escrituras, aseguraban que el Anticristo ya estaba entre nosotros.
La Biblia nos advertía sobre el surgimiento de dos Anticristos: Uno, llamado “la primera Bestia”, surgida “del mar”, el mundo de la política, del caos de las Naciones, el líder de la mayor super potencia, único capaz de convocar los ejércitos de todas las Naciones, quien habrá de acaparar el apoyo de la mayor parte de la Humanidad, luego de implementar ciertas estrategias socio-políticas y económicas, que deslumbrarán al Hombre. Será herido de muerte pero sanará, causando gran admiración de todos:

“...También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses. Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de Su Nombre, de Su Tabernáculo y de los que moran en el Cielo. Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, Pueblo, lengua y Nación. Y la adoraron todos los moradores de la Tierra cuyos nombres no estaban escritos en el Libro de la Vida del Cordero, que fue Inmolado desde el principio del Mundo. Si alguno tiene oído, oiga.” Apocalypsis 13:5-9.

El nuevo líder político utilizará su gran sabiduría y carisma, para lograr disminuir la crisis socio-económica que asola al Mundo y durante casi 4 años, el estado de cosas mejorará gracias a su iniciativa, por lo cual, ganará las mentes ciegas de las grandes masas en todo el Orbe.
Pero luego, según leía, hará su aparición pública el segundo, “surgido de la tierra”, el “falso profeta”, el falso Mesías, que extraviará los corazones de la mayoría y los hará admirar al primer anticristo:

...”También  hace grandes señales, de tal manera que aún hace descender fuego del Cielo a laTierra delante de los Hombres. Y engaña a los moradores de la Tierra con señales que se le permitirán hacer  en presencia de la primera Bestia, mandando a los moradores de la Tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió.” Apocalypsis 13: 13-14

La imagen se refiere a alguna estatua, escultura alegórica, etc.

“ Asi logró que todos,  los pequeños y a los grandes,  los ricos y a los pobres, los libres y los esclavos, se  dejasen poner una marca en la mano derecha, o en la frente; y que nadie pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la Bestia, o el número de su nombre”.   Apocalypsis 13: 16-17

“Para esto, se necesita sabiduría. Aquel que tenga inteligencia, calcule el número de la bestia, porque es número de hombre. Y el número es  666”.  Apocalipsys 13: 18

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Primera Edición  2011

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lunes, 8 de agosto de 2011

EL RAYO DE HIERRO

El Rayo de Hierro

El clima arreciaba y amenazaba con no mejorar.
El calor pegajoso tenía a la gente molesta a todo momento.
Era hora de hospedarse al fresco en algún Ashram, para lograr descansar debidamente, pues al aire libre se estaba tornando casi imposible conciliar el sueño.
En Mathura, al sudeste de Delhi, la Tierra donde Sri Krishna encarnó, había conocido un Devoto llamado Govindanand, que le había invitado a visitarlo si pasaba nuevamente por allí.
Así fue como fue a visitar esa Tierra Sagrada, impregnada de las historias que relataban la infancia del Séptimo Avatar.
Podía sentir las vibraciones de Pureza que emanaban de la atmósfera de aquel Sacro lugar, donde Krishna había pasado su infancia simbólicamente como pastor.
Se postró en la tierra y besó el suelo Santificado por la sempiterna Presencia del Enviado y se le escuchó decir:
“Hari Bol”. “Hare Krishna Hare Krishna, Krishna Krishna Hare Hare; Hare Rama Hare Rama, Rama Rama Hare Hare”
Cerca de la Montaña Sacra de Govardana, estaba el sitio que buscaba.
Una senda de tierra conducía al Templo, pero el Devoto no estaba y no arribaría hasta el siguiente mes.
La bondadosa y sincera hospitalidad hindú permitió que el extranjero pudiera hacer uso de las instalaciones, haciéndolo sentir como en su casa.
Aprovechó para reposar y alimentarse correctamente.
Husmeando entre los viejos libros prolijamente acomodados en tres grandes vitrinas que acusaban el paso de los años, dio con el Ramayana y el Mahabharata, las dos grandes Epopeyas de la India, que constaban de varios volúmenes.
Afortunadamente, estaban traducidos en Hindi y en Inglés, de los originales en Sánscrito.
En ellos leía asombrado sobre los “Vimanas”, vehículos metálicos voladores de miles de años ha, que podían navegar en el aire, desplazándose en todas direcciones con veloz ductilidad.
Recordó que en el fascinante libro “Recuerdos del Futuro”, su autor, el gran investigador Erich Von Däniken, hacía alusión a dichas Naves y a una Guerra de devastación total, de características modernas, acaecida en la Antigüedad.
Los Textos databan de hacía 3.500 años, pero los sucesos allí mencionados, contaban hechos  que se habían desarrollado 5.000 años antes de ese entonces.
Los dioses eran transportados continuamente en dichos aparatos y el mismo Arjuna, protagonista junto a Krishna del Bhagavad-Gita, poseía un vehículo anfibio, capaz asimismo de elevarse y viajar por aire, que era guiado por su asistente Matali.
Además se relataba con medidas y todo lujo de detalles, la existencia de Ciudades suspendidas en el Cielo, otras bajo la tierra y bajo el Mar.
Durante largas horas permanecía avocado a la lectura,  anonadado por las insólitas historias tan minuciosamente descriptas, de un realismo inusitado.
“Si hoy hubiera una Conflagración, no quedaría ningún vestigio de nuestros logros”.
Era irrefutable para Samkara, desde su adolescencia, que durante el transcurso de miles de Centurias, habíamos recibido la asistencia permanente de Civilizaciones de otros Sistemas habitados y de otras Dimensiones paralelas a la nuestra-como las que existen del otro lado del Triángulo de las Bermudas-, que habían hecho de pueblos de agricultores que labraban la tierra con arados primitivos, como los Egipcios, Incas y los Mayas, de la noche a la mañana, pueblos con  elaboradísimos conocimientos de Construcción, Astronomía y Matemáticas, sólo igualados miles de años después.
Venían a su mente los Continentes de Lemuria y Atlantis, que 100 Siglos atrás habían alcanzado avances tecnológicos similares o superiores a los actuales, pero los cataclismos y probablemente la autodestrucción, habían terminado con ellos.
Las murallas sumergidas en el Caribe, los Mapas de Piri Reis,  la Ciudad de Tiahuanacu, las pistas de Nazca, Teotihuacán, los Moai de Pascua y las Pirámides, eran algunos de los miles de rastros milenarios silenciosos, que habían sobrevivido hasta nuestros días, como testimonio de que la Humanidad había progresado y sucumbido en varias épocas perdidas en la noche de los tiempos, dejando escasos rastros o a veces ninguno.
Habíanse sucedido ya muchos Días y Noches de Brahma, anteriores Manvantaras, anteriores Períodos en que el Sistema Solar se había acercado y alejado del Centro de la Galaxia tal como lo precisaron los Astrónomos Mayas y recordábamos que al menos 4 veces habíamos crecido y desaparecido aquí, antes de esta Quinta Civilización, que marchaba hacia su culminación.
La Ley de los Ciclos se repetía. La Rueda del Dharma había sido impulsada y se había detenido otras veces ya.
Ya habíamos recorrido los 12 Signos del Zodíaco con antelación.

“...Era tan poderoso que tenía la capacidad
de destruir La Tierra en un instante.
Un gran estruendo
Que se elevaba en humo y llamas
Y sobre él estaba sentada la Muerte”.
Valmiki, autor del Ramayana.

“La Destrucción que es llamada Naïmittikä, tendrá lugar cuando finalice el Manvantara del Ciclo de los Yuga. Por lo tanto, concierne a la Especie Humana.
Tendrá lugar cuando El Creador no halle otra solución que una destrucción total del Mundo, para poner fin a la multiplicación desastrosa y no prevista de los Seres Vivos” (Mahabharata: 12.248: 13-7)


“Un Elemento como el fuego
ha surgido a la existencia,
incinerando ahora montañas, Ríos y Árboles.
...Toda clase de hierbas y gramilla
en el Universo móvil e inmóvil,
quedan reducidas a cenizas.
Vosotros, crueles y perversos,
embriagados de orgullo,
por medio de ese Rayo de Hierro,
llegaréis a ser los exterminadores
de vuestra Raza”.

“Un único proyectil,
cargado con toda la Potencia del Universo,
un arma desconocida, un Rayo de Hierro,
un gigantesco mensajero de la muerte
que redujo a cenizas
las Razas de los Vrishnis y los Andhakas,
aquellos enemigos contra quienes se utilizó.
Los cuerpos estaban tan calcinados
que resultaban irreconocibles.
Sus cabellos y uñas ya no estaban.
Jarros y utensilios quedaron destrozados
sin motivo aparente
y las aves se tornaron blancas”.

En diversos pasajes, leía que por ejemplo Brahma, Indra, (dios del Trueno) y otros viajaban en Naves voladoras construidas en material metálico, por su diseñador Maia.
Se aportaba información precisa sobre maniobrabilidad, carburante, materiales de construcción y operatividad de las Naves que aparecían en una Era en que supuestamente los soldados más aventajados, combatían en carros arrastrados por caballos, atacando con espadas, flechas y lanzas.
Los Vimanas circunvolaban con total versatilidad los Cielos a  velocidad vertiginosa.
“Por orden de Rama el soberbio carruaje ascendió con poderoso estruendo hacia una montaña de nubes...”.  Ramayana, (Traducción de N. Dutt, 1891, Inglaterra)
Variados tipos de armas de gran radio de destrucción y sofisticación impensable para su época, eran descriptas pormenorizadamente.
Los Astras eran aparentemente una especie de misiles de aquel entonces.
Agneyastra, un cañón que lanzaba municiones de hierro.
Mahanastra, una flecha que al impactar producía la asfixia, podía acabar con un entero ejército. Ésta, tenía todas las características de un arma química de gas venenoso.
Thastra, armamento con la capacidad de aniquilar miles de enemigos a larga distancia.
Agniastra, que podía carbonizar una Armada completa.
Entre los perfeccionados cohetes, se contaba asimismo con uno que producía alteraciones climatológicas, que derivaban en pavorosas tormentas; lo denominaban Narayanastra.
Así, decenas y cientos de artefactos aparecían en escena en la guerra más moderna jamás escrita. ¿Cómo podían imaginar con detalles lo que jamás conocieron?
Naves que superaban en destreza a los actuales caza-bombarderos , artillería pesada de largo alcance y cohetes de vasto poder destructivo.
Era inadmisible pensar que la mente más imaginativa de aquellos días, sin tener absolutamente ningún parámetro remotamente similar sobre el cual apoyarse, haya siquiera soñado con tales avances tecnológicos y científicos.
Lo único que volaba entonces, eran las aves.
El arma más efectiva: el arco; el proyectil más elaborado: la flecha.
El transporte más rápido: Un carro arrastrado por Elefantes, caballos o camellos, dependiendo del área en cuestión.
El Arma de mayor alcance: una Catapulta que lanzaba piedras.
Marco Polo, el aventurero veneciano que se atrevió a llegar al Extremo Oriente, trajo a Occidente la Pólvora, un descubrimiento aparentemente chino, que éstos utilizaban para crear fuegos artificiales. Eso ocurrió en el Siglo XIII.
El fuego no era fácil de obtener. Se necesitaba un arduo trabajo de rozamiento de dos varas de madera u otros objetos, no existiendo ningún combustible, para encender la primer chispa, que rodeada de hojas secas, producía una débil llama, hasta que la pequeña fogata cobrase vigor.
Luego, se debía tener constante cuidado para que las brasas no se enfriasen, apantallándolas o agregando continuamente hojas o ramas secas.
Con los Siglos, las antorchas bañadas en brea, mantenían vivas las llamas.
¿Qué tipo de combustión, originada a partir de qué elemento, era capaz por aquellos tiempos de devorar con fuego ejércitos, bosques o el Mundo?-se preguntaba.
Los Vimanas que surcaban la Bóveda Celeste y los Astras, supuestos misiles, fueron utilizados en una Gran Guerra, desarrollada hace 8.000 años.
“Bhima voló con su Vimana sobre un monstruoso rayo que brillaba como el Sol y cuyo fragor recordaba el tronar de una tormenta”.  Mahabharata (Traducción de C. Roy)
Pero eso no era nada, comparado con El Rayo de Hierro, un ordinio capaz de devastar el entero Planeta.

“Un tallo mortífero
como la vara de la muerte.
Su medida era de tres codos y seis pies.
Dotado de la Fuerza del Trueno de Indra,
la de los mil ojos,
aniquilaba toda Criatura Viviente”.

Gurka, uno de los que conducían los Vimanas, “lanzó una tremenda Arma sobre la Ciudad Triple, que fue totalmente arrasada por el fuego”.
Jhael asimilaba cada letra, cada verso apasionadamente, sin detenerse más que para humedecer un poco su seca gargantacon un poco de Chae (Té).

“Entonces arrasó multitudes de Samsaptakas
con Caballos y Elefantes y
carros de guerra y Armas,
cual si fueran hojas secas de los Árboles.
Arrastrados por el viento, Oh Rey,
lucían hermosos allá arriba,
como aves en vuelo saliendo de los Árboles”

“...Luego de algunas horas
todos los alimentos estaban intoxicados.
Para huir de ese fuego,
los guerreros se arrojaban al Río,
para lavarse ellos y su armadura”.

“...Vientos terribles soplaron.
El Sol pareció girar sobre sí mismo.
Calcinado por el calor abrasador.
El Universo se estremeció con fiebre.
Abrasados por el calor,
Elefantes y otras criaturas huían corriendo,
para escapar del poder del Arma.
La aguas hirvieron.
Las criaturas que en ellas vivían
comenzaron a arder.
Guerreros enemigos caían como Árboles
calcinados por un tremendo fuego.
Los Elefantes lanzaban terribles alaridos,
quemados por el Arma
y caían muertos por tierra.
Otros, incinerados por las llamas,
corrían de un lado a otro.
Los caballos y los carros de guerra ardieron
envueltos por el incendio del Bosque.
Quemados por la fuerza de esa Arma,
todos perecieron,
como en un incendio del Bosque.
Un profundo silencio se extendió sobre el Mar.
Los vientos comenzaron a soplar
y la tierra se iluminó.
Se presentó una vista estremecedora:
Los cadáveres habían sido desmembrados
de tal manera a causa del calor,
que no semejaban a seres humanos.
No se había visto antes
un Arma tan cruel y nunca
habíamos oído hablar de un Arma así”.

Mahabharata, 1.500-2.000 AC (C.Roy,  1.889, Drona Parva)

Los espeluznantes hechos de la Epopeya, se referían a una guerra que había acontecido unos 4 mil años antes de ser redactados, o sea hacía 8 mil años.
El Pasado se reflejaba en el más aterrador Presente, con más vigencia que nunca-discernía el eterno pasajero. La Historia siempre se repetía.
No había vestigios de esa Guerra, por el grado total de devastación, como ocurriría hoy.
Ya no podía ni vivir ni pensar de igual manera, sabiendo a ciencia cierta las tribulaciones que acechaban, como ya había pasado anteriormente, pero que resultaban increíbles sin embargo, para la Especie Racional que no quería ver lo que sucedía, ni  siquiera las Señales expuestas. Y que creía solamente en la parte de las Escrituras que quería creer, o directamente en nada.
Pero él sabía, conocía y comprendía  que no era factible que tantas Culturas diferentes, en épocas tan disímiles, en sitios tan distantes y Religiones tan importantes, hubiesen inventado semejantes historias sabiendo que las mismas, no eran condicionantes para sus respectivas Filosofías o Credos. La gente no necesitaba de ellas para creer en Dios.
Las pruebas estaban a la vista.
La necedad, la testarudez, los temores y el analfabetismo espiritual, impedían a las masas escépticas rendirse cuenta. El Karma Colectivo les había vendado los ojos.
Para él era una cuestión intuitiva. Sentía que algo horrible iba a ocurrir, envolviendo en llanto a todo el Género Humano. Desde pequeño, sin haber recibido información alguna al respecto, se veía a sí mismo en circunstancias espantosas, donde todo su entorno estaba sumido en el caos total y veía en esas impresionantes imágenes cómo la gente corría entre los escombros y el fuego. Percibía perfectamente que no sucedía simplemente en su lugar natal, sino que la muerte se diseminaba por todo sitio.
Cuando relataba a su madre lo que había visto, ésta sonreía, le abrazaba y le explicaba que eran tan sólo pesadillas. Pero él las soñaba despierto.
A medida que iba creciendo, las visiones se hacían más esporádicas, pero más detalladas y reales. Le resultaba inconcebible considerar siquiera por un instante, que todo era producto de la fantasía, ya que en varias oportunidades había intuido el peligro y la desgracia, antes de que determinadas desventuras acontecieran.
Pero... ¿Cómo podía conversar de esas cosas, si sus propios amigos no coincidían ni siquiera con sus ideales? ¿Y quién podría creer semejantes cosas?
Evidentemente, así como en los Astros, en las páginas de la Historia de cada uno estaba inscripto el Sello que determinaba su capacidad de creer o no creer, de descubrir naturalmente a Dios o negarlo acérrimamente, de captar los Signos u obviarlos, de cambiar o continuar empeorando, de buscar la Salvación o provocar su exterminio.
La Promesa había sido hecha.
La Advertencia había sido anunciada.
“Aquel que tenga oídos, oiga”.
La Ley de Causa y Efecto no admitía excepciones.
Todo lo que comenzaba, debía terminar.
Todo lo que nacía, debía perecer.
Todo lo que moría... debía renacer.